MBA. Juan Carlos Pérez Herra
Voz experta: Glasgow cero emisiones en 2050:
La 26 Conferencia de la Naciones Unidas sobre cambio climático (COP26) se celebró en la ciudad de Glasgow, Escocia. La reunión tuvo como objetivo actualizar el compromiso de los países firmantes del Acuerdo de París, en 2015 (COP21), para las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, siglas en inglés) que restringen las emisiones de gases de efecto invernadero. Recordemos que en París se fijó el límite del calentamiento global por debajo de los 2 °C e idealmente 1,5 °C con relación a los niveles preindustriales.
Como resultado del Acuerdo los países deben realizar cada cinco años la Conferencia de las Partes (COP) para dar seguimiento al complimiento de lo pactado y actualizar las NDC. Cerca de 135 países, que suman más de las tres cuartas partes de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, se han comprometido a llegar a cero emisiones para mediados de siglo.
Un estudio reciente del FMI advierte que estos esfuerzos serán insuficientes en el corto plazo (Black, Parry, Roaf, & Zhunussova, 2021). Ello a pesar de los compromisos de las economías avanzadas en reducir las emisiones un 43%, el aporte de las economías de mercados emergentes de ingreso más alto en un 12% y las economías de mercados emergentes de ingreso más bajo en un 6%. El informe revela que la obligación debería ser mayor, independientemente de cómo se distribuyan las reducciones.
Para alcanzar el objetivo de 2 °C, tantos las economías avanzadas, como las de mercados emergentes de alto ingreso y las de mercados emergentes de bajo ingreso deberán reducir sus emisiones en un 45 %, 30 % y 20 %, respectivamente. Un ajuste del esfuerzo con redistribución del 55%, 25% y 15% permitiría alcanzar el mismo objetivo, al igual que una ponderación del 65 %, 20 % y 1 0%.
La meta de 1,5 °C solo sería alcanzable con ajustes más ambiciosos por parte de estos países. La recomendación señala que será necesario una disminución del 70%, 55% y 35%, o bien 80%, 50% y 30% por debajo de los niveles base de 2030. El estudio sugiere que los costos de la reducción son accesibles. Mantener las emisiones mundiales dentro del objetivo de 2 °C costaría entre 0,2 % y 1,2 % del PIB, y el peso recaería en los países ricos (ver figura al final de esta nota).
En general, los expertos proponen una estrategia conformada por un plan de inversión verde, medidas para una transición equitativa y la tarificación del carbono. Esto último se encuentra en el centro de las discusiones sobre política económica y es ampliamente aceptada como el instrumento más efectivo para lograr los recortes necesarios de emisiones. Este mecanismo consiste en el impuesto al carbono, comercio de emisiones y regulaciones enfocadas en los sectores más contaminantes.
Los defensores de la tarificación al carbono afirman que un incremento en el costo de las energías contaminantes generaría incentivos para mejorar la eficiencia energética y fortalecería los esfuerzos de innovación hacia tecnologías amigables con el ambiente. Adicionalmente, los recursos generados por dicho mecanismo se pueden orientar a los programas que beneficien la transición equitativa.
Lo críticos contrarios a la alternativa sostienen que tiene efectos contraproducentes en el crecimiento económico y el empleo. En este sentido, el actual proyecto de la administración Biden, en los Estados Unidos, que incluye una reducción en las emisiones superior a los mil millones de toneladas métricas, se inclina por reducir el costo de las energías renovables mediante créditos fiscales en lugar de la tarificación al carbono. Y ello es comprensible por el efecto negativo de la pandemia en la economía mundial y por la delicada recuperación que enfrenta.
En resumen, los compromisos políticos que marcarán el resultado de las negociaciones en la COP26 están fuertemente ligadas con temas económicos y otros objetivos del desarrollo sostenible y, de acuerdo con lo observado en Glasgow hasta el momento, la agenda se está inclinando por las tecnologías limpias y los fondos necesarios para la llamada acción climática rápida a gran escala.
Referencia:
Black, S., Parry, I., Roaf, J., & Zhunussova, K. (2021). Not Yet on Track to Net Zero: The Urgent Need for Greater Ambition and Policy Action to Archieve Paris Temperature Goals. Washington, DC.: FMI.
1 comentarios sobre “Voz experta: Glasgow cero emisiones en 2050”
En resumen, los compromisos políticos que marcarán el resultado de las negociaciones en la COP26 están fuertemente ligadas con temas económicos y otros objetivos del desarrollo sostenible y, de acuerdo con lo observado en Glasgow hasta el momento, la agenda se está inclinando por las tecnologías limpias y los fondos necesarios para la llamada acción climática rápida a gran escala.